JESUS SIGUE SIENDO EL CAMINO AL PADRE
POR ANTONIO JIMENEZ
Pastor Evangélico

El mundo físico está lleno de caminos que conectan ciudades, comunidades, países, regiones, una con otra, y muchas veces no es necesario tomar el mismo camino para llegar al lugar donde queremos ir.
De la misma manera en el mundo espiritual el hombre se ha inventado diferentes formas para llegar a Dios; pero la Biblia establece, que el único Camino para llegar al Padre es Cristo, no hay otro.
No solamente el camino, sino Él es la Verdad y la Vida (Juan 14:6). Cuando hablamos de que Él es la vida, es el mismo Juan que dice en su evangelio que “en Jesús estaba la vida, y que esa vida era la luz de los hombres”.(Juan 1:4) Cuando elegimos a Jesús como nuestro Camino, El imparte vida en nosotros a través de su palabra. En el Evangelio de Juan la palabra “VIDA” aparece más de 35 veces, es algo maravilloso, él comienza hablando de vida y termina hablando de vida, cuando dice: “Pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, para que creyendo tengáis vida en su nombre (20:31). Cuantas veces JESUS. Le habló de esto a las gentes, pero no quisieron creerle y venir a Él, para que le otorgara por gracia esa vida (5:40).
El que recibe esta Vida que Jesús da, para de pobre pasar a rico, porque él dijo que la daría en abundancia (10:10). Además dio seguridad, de que todo aquel que la recibiera jamás iban a perecer, porque Él daba garantía de que nadie la podía arrebatar de sus manos (10:28).
Él se proclamó como el Camino, la Verdad y la Vida (14:6). Lo que el apóstol Juan quiere decirnos es, que la vida es contraria a condenación o muerte, que Dios envió a su hijo para que todo aquel que cree en Él no se pierda, sino que tenga vida (3:16).
El que oye y cree, tiene vida eterna, y no está sujeto a Juicio (5:24). Es bueno preguntar, ¿porque hablar tanto de vida? La respuesta es sencilla, porque el mundo estaba muerto en delitos y pecados. Llegando el apóstol Pablo a decir: Porque la paga del pecado es muerte (Romanos 6; 23), y como todos pecamos, estábamos muertos (Romanos 3:23).
Si al leer este escrito, es posible que entienda que físicamente está vivo, pero espiritualmente está muerto. No te preocupe, recibe a Jesucristo como tu Salvador, y tendrá vida. Deja que Él sea el capitán de tu vida, que esté sentado en el trono de tu corazón.
Que Dios te bendiga.